Piedras de toque


Ordizia y Vrac son dos CLUBS muy serios que funcionan muy bien y que llevan mucho tiempo haciendo las cosas bien. Jugar contra ellos te hace crecer y que nos hayan visitado para celebrar nuestro 40 aniversario me deja pensando que se esta en el buen camino. No hay opinión más fiable sobre los partidos que la de los jugadores y técnicos y el domingo, disfrutando del Fiyi Australia (vamos Fiyi!) palpe un nivel de satisfacción alto pese a las derrotas. La mayoría de nuestros jugadores tienen experiencia y madurez suficiente para no necesitar nada para confiar en si mismos. Confiar no es creer que no tienes defectos, es saber que haces bien y enfrentarte a aquello que haces mal con determinación. Un partido contra clubs mas modestos habría arrojado resultados mas agradables, pero enfrentarte a equipos de este calibre te permite aprender, ponerte en tu sitio, ver cuanto queda por hacer….gran acierto traerlos y gran actitud de los nuestros plantándoles cara.

Desde el bar Vrac y Ordizia fueron buenos invitados, esperaba más gente, de fuera y de casa, pero no fue mal día. De la noche de juerga con la gente de Ordizia solo diré que tienen un gran grupo humano. Es bonito ver a equipos con ese tipo de actitud a ese nivel.

El fin de semana que viene duelo contra Gijón rugby en DHB hay que darles la bienvenida, me encantaría ver a todo el club y media ciudad allí. Nunca renunciare a mi optimismo.

Esto marcha

Eso gritaba el personaje interpretado por Tom Sizemore en las playas de Omaha en la película Salvar al soldado Ryan.

Lo hacía porque sus zapadores habían abierto brecha en el muro Atlántico y se podía, por fin, salir de la maldita playa.

La pretemporada es ese estado en el que los equipos trabajan por salir de la playa y empezar a conquistar objetivos lo antes posible. 

Arrancaba el mundial de rugby y jugábamos el primer amistoso, con los preparativos del 40 aniversario del club en su fase crítica

Creedme, el club vive días interesantes, y el trabajo de alguna gente merece una mínima recompensa de respeto por su labor.

Universidad de Bilbao me cae simpático, el partido se encrespó, pero son gajes del rugby. Son una buena piedra de toque, un rival exigente, quizá no uno de los favoritos de la categoría pero si uno de los que no te perdonan un mal día. Cuando su gente desfila por el bar trae buen rollo. Y sus guajes en el post partido fueron educados. La perspectiva desde el bar es casi siempre amable.

Primera parte suya, segunda nuestra. Oportunidad para conocer a los nuevos. Aquí, el pasado y el de donde vengas importa poco, si tienes actitud y sumas, todo ira bien, si pretendes vivir de rentas y no tienes la actitud adecuada la adaptación sera más compleja.

Día tranquilo en el bar con Jorgito, Belén y Miki muy presentes. No se me formó cola en el descanso, faltaba gente.

Tocar seguir trabajando.

Tengo la sensación de que hay más gente en el campo y flotando alrededor de él. Firmaba seguir en esta linea. Ahora a pelear para que la cantidad y la calidad vayan juntas y en progresión. Bienvenidos todos. Nevera nueva. Si falta Mahou fria me van a tener que dar el carnet de gilipollas.

Os veo este sábado con el triangular con VRAC y Ordizia. (si es que no os he visto ya)

40 años y tanto por hacer.

Algo se mueve en el club. No pocas voluntades se han puesto manos a la obra ante el inminente 40 aniversario del club. Este verano alejado del día a día del club, he tenido tiempo de echarlo (y echaros) de menos, de pensar, y de encontrarme con Miniwilly, con Juan, con Zipi y Zape, con Kolo y Victor, con Gonzalo y Vallina, de currar un poco con José y ese excelente flanker que era Fran. No he perdido la oportunidad. Que no estés en la organización del 40 aniversario no quiere decir que no tengas un compromiso con el evento.

Luego cada uno lo atenderá en conciencia, pero hasta el más tierno de nuestros sub 6 puede ayudar, no tiene que levantar pales. Ni que ejercer de azafata, preparar textos, o buscar fotos en la hemeroteca.

No tendrá que despertar a esos adormecidos ex jugadores que tanto pueden darnos con muy poco esfuerzo.

Basta con ponerse la casaca del club. O esas sudaderas diseñadas por mi amigo Juancho, o acercarse al evento en brazos de sus padres o de su hermano mayor. Es una excelente oportunidad de darle visibilidad a un club histórico, es una excelente oportunidad de decir “Aquí estamos, una familia de miles de personas en estos 40 años, discrepantes muchas veces, pero comprometidos con una institución, en las duras y en las maduras.” Que los esfuerzos no recompensados y desavenencias no os retengan, el club esta por encima de cualquier afrenta o problema, porque empezando por el barman, aquí todos somos humanos y podemos ser injustos o torpes (sobre todo torpe en mi caso) pero que el camarero del ORC pueda equivocarse un día no es culpa del club. Ni debe afectarle.

Por eso os animo, a implicaros en el 40 aniversario del club, y por eso animo a todo el rugby, más allá del club a unirse a esta fiesta. Porque visibilizar un club de Rugby es visibilizar el RUGBY y eso es bueno para todos, por encima de colores y escudos. No es tan difícil, solo hay que acercarse a los eventos. Creerme os estaremos esperando con la mejor de las sonrisas. Feliz fin de verano. A ver si dignifico el bar de cara a la nueva temporada. Lo empecé a hacer ante ayer.

¿Que es un club de rugby?

Soy un poco filósofo, pero es que me parece vital saber de que estas hablando cuando abres la boca. Ayer me sorprendió un amigo, antes de que arrancase la jornada haciéndome la pregunta que encabeza esta entrada.

Abrí el campo a las 8 y media, con un loco de pelo ensortijado y el archi enemigo de Alegría por única compañía. Desayunamos en el bar mientras se preparaban las empanadas. Limpieza del bar. Limpieza de la terraza. Llegada de Fermin, Arturo, Matías, Tasos, un goteo continuo de gente, que sin que hiciese falta pedirlo, agarraba una escoba, una fregona, una bolsa de basura, lo que hiciese falta. Y se ponía a currar. Va llegando la gente y arranca la jornada, las empanadas silba a mi alrededor y tras unos cafés, el medio día abre la veda. La cerveza vuela, aprendo una lección (van 13870) y pienso que no puedo olvidarla de hoy en un año. Nos visita el doctor, se le echaba de menos. 

La verdad es que faltó muy poca gente, me acorde de algunos (a alguno hasta le escribí) pero en general, vi a casi todo el club por el campo. La jornada en el bar va lenta, lenta y amable espero. Pero con Jose, Facu, Ambar, Gala y Tato. Tiramos para adelante, Tritri a los mandos de la parrilla. Jose Manuel como fotógrafo oficial, y Mabel, Tato y Arturo rindiendo homenaje a Boli. 

Bonito reconocimiento, merecido, creedme. 

La jornada continua y vamos perdiendo efectivos. Quedan los clásicos (no todos) Y a eso de las 20:00 me doy por vencido y cierro la puerta.
Y en la madrugada llegó a mi cama y mientras me tiro a dormir en la mejor cama del mundo pienso, ¿y que narices es un club de rugby?

Un club de rugby es su pasado, que conviene respetar. Pero nada vive solo de su pasado.

Un club de rugby es su futuro por el que conviene trabajar.

Un club de rugby es su presente, porque de nada sirve el trabajo del ayer si no trabajas hoy, y de nada servirá el esfuerzo de mañana si hoy no hay dedicación.

Un club de rugby son sus equipos seniors, cuyos jugadores hacen encaje de bolillos con la agenda para que tu puedas ver rugby en tu ciudad.

Un club de rugby son sus categorías inferiores, el respeto a la labor de los entrenadores y los propios críos (si quieres faltar al respeto al trabajador, este no es tu lugar) y el esfuerzo de todos porque estos crios sean mejores personas (hoy lo digo, Jimmy, mi único tocayo en el club, chapeau por tu evolución personal este año, al menos dentro del bar) y mejores jugadores de rugby.

Un club de rugby son sus delegados, cómplices de jugadores, directiva y entrenadores. Cuya labor es bastante ingrata.

Un club de rugby es su directiva, otra labor muy ingrata. Cuyos fallos se reseñan y cuyos aciertos rara vez se recuerdan.

Un club de rugby, son sus padres. La bonhomia de Juan Tomas. La Sonrisa de Fernando. La retranca de Naves, la tranquilidad de Calero, el ruido, bendito ruido que trae Gonzalo, la guerra con Victor. Mi añorada María. El sargento de Hierro de Cangas. La eterna actitud conciliadora de Juan F (lo que nos aguantas a Victor y a mi) esos crecientes Aitor y Fran. La luz que trae Laura. Y esos dos padres y delegados que son Carlos y Patricia y que solo con entrar ya mejoran el ambiente en el bar. Perdonad que haya personalizado, pero mi di esta licencia hoy. Estoy seguro que dara juego para que el año que viene os metais conmigo. Pero honestamente podría mencionar a muchos más.
Un club de rugby son sus instalaciones, este campo tiene muchos inconvenientes, pero es nuestra casa, y bien sabemos que la disfrutamos. Hay que cuidarla un poco más. Y hay que conseguir que nos ayuden a ello.

Un club de rugby son las horas libres que le regalas, haciendo empanadas, supervisando una obra. Comprando todo lo necesario, limpiando vestuarios, pintando las lineas del campo, aplanando el terreno. Recogiendo basura, recopilando ropa olvidada (abandonada sería mas acertado en muchos casos) organizando eventos, haciendo captaciones, entrenando críos, pintando pancartas para la grada.

Un club de rugby, tiene que aspirar a ser un sitio donde no vayas solo porque tu, o un allegado entrenáis. Si no un sitio donde vas por gusto.

Un club de rugby, son esos amigos que vienen a vernos, sin tener nada que ver, Andres, Mateo, Doctor, Rocio. La masa social mas importante es la que acude, no porque juegue su hijo, hermano o padre, sino porque quiere al club y al rugby. Ahí tenemos que empujar todos para que crezca. A veces (quizá de manera interesada) me imagino la iniciativa de, “trae un amigo a la grada”

Un club de rugby son sus patrocinadores que nos ayudan de manera inestimable, y a los que tenemos que agradecer todo lo que nos dan.

Un club de rugby son sus veteranos, que ofrecen todo tipo de ayudas, y saben lo duro que es este juego y lo sufrido que es practicarlo.
El A seguirá en DHB el año que viene, el B tiene aun que encontrar su lugar en regional. No es un castigo jugar con él, y hay que hacer todo lo posible porque no se perciba así.

Los chavales en todas las categorías nos hacen sentir orgullosos, desde el bar lo tengo muy claro, mucho crio con buenos valores hay en este club. Y no pocos con talento para el rugby.

El femenino sigue evolucionando, año difícil solventado lo mejor posible. Se apuesta por ellas.

Siempre hay trabajo por hacer, cada día lo tengo más claro, si llegas al campo y decides no mejorar un poquito las cosas es porque quieres.
Gracias a todos por el día de ayer, y sin querer ponerme bíblico, perdonadme todos mis pecados.

Me voy a ver a mi sobrina que tiene fiebre y necesita reírse un poco.

Jaime Corrales

Bloguero y bodeguero del Oviedo Rugby

Crecer, crecer y crecer.

Hace unos días nuestros enanos se fueron a Soraluce a jugar al rugby. Todo lo que tenga que ver con rugby nos interesa, el politiqueo y odios atávicos cada día me dan mas pereza. Diría que por esas cosas el rugby español está como está, pero sería quedarme corto. Soraluce es un pequeño pueblo en el corazón del Pais Vasco. Su equipo no va sobrado de nada, pero, que anfitriones, que entrega, que buena impresión nos dejaron. 

La temporada toca a su fin, ese ejemplar ejemplo que veo en Sergio Ojanguren pasó su mañana de sábado arreglando los grifos de la rampa. Siempre a favor de los que hablan poco, critican menos y si ven algo que no les gusta ofrecen ayuda antes que consejos. Se que no era su trabajo, pero creedme, no es el primero, que entrega horas desinteresadamente al club. Como mínimo hay que honrarle, a él, al senior masculino, al femenino, a algunos cachorros que entienden que el club es su casa, a los delegados, directivos, aficionados incondicionales, ex jugadores aun implicados y padres, que con su respeto y actitud favorecen la convivencia en el club y facilitan el nunca recompensado trabajo de jugadores, técnicos, delegados y directivos. 

Somos un club pequeño y no sobra nadie, ni la oveja mas descarriada. A mi me da orgullo ver a Luis y Rocio pintarse el alma de azul, me encanta como Aitor y Fran han caído de pie, me gusta ver como muchos guajes (mi tocayo entre ellos) van ganando valores día a día, gracias a sus padres, sin duda, pero en (una pequeña) parte gracias al rugby y al club. 

Mañana es el día grande del club.
Luego tocara analizar el año.
A todos los niveles.
Pero preparaos para disfrutar. 
Un abrazo.